Mi orgullo, después de que Heinle hiciera un cambio que yo le recomendé en una oración de su Vielgeehrt und Hochberufen; y quizá se explique menos por el hecho en sí mismo que por la prefiguración de mi talento a colaborar, algo que más adelante se confirmaría de muchas maneras.
Ser el primero es muy difícil, sin embargo, tiene muchas ventajas. La misma afirmación también es válida, aunque de otra manera, para quien es el último, como yo. Cuando leo las tonterías desopilantes que X escribe, me pregunto ¿qué valor podrían tener las buenas críticas que haga de mi obra? Entonces me tranquilizo pensando en lo bien fundamentadas que están mis opiniones sobre Y, a pesar de no servir para nada. Solución del misterio de por qué nunca reconozco a nadie, de por qué confundo a las personas. Porque no quiero ser reconocido; porque quiero que me confundan.