VIOLETAS se le dice en lengua vernácula a lo que florece en secreto y huele bien. Estas son violetas de los Alpes porque están plantadas en una maceta en Zúrich, en los Alpes. Pero por lo demás son verdaderas violetas del Norte, las azules que crecen en los setos y debajo de los árboles, y florecen en otoño.
Durante la infancia, nosotros también sostuvimos, en el jardín, esos pequeños ramos de violetas que tanto olíamos. ¡Oh, qué bien huelen! Y ahora, de adulto, me acostumbré a buscar y encontrar, siempre y en todas partes, pequeñas violetas: verano, invierno, otoño y primavera.
¿No es cierto que nos encontramos con pequeñas violetas por todas partes? ¿No nos buscan llenas de amor y fidelidad con sus infantiles ojos azules? ¿No exhalan su perfume y llevan una modesta vida violeta y fragante en este mundo primaveral, las encantadoras, queridísimas violetas?
Conozco muy bien todo esto, y por eso las he recogido y recogido. Algunas las arranqué directamente de raíz, así continúan creciendo.
La mayoría de las violetas florecen en Merz [März – marzo]. En abril, se las suele llamar anémonas; en mayo, lirios de los valles y en junio, vaquitas. En diciembre, florecen en los cristales de las ventanas y se les dice flores de hielo.
Estimado caballero y señor, estimada señora y señorita, lean y, por favor, tachen lo que no corresponda y escríbanme con toda confianza, cuéntenme qué violeta olía mejor para ustedes.
¡Para mí, sería como ganarme la lotería!
KURT SCHWITTERS, HANNOVER, WALDHAUSENSTR.5.
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