Así que sigamos: el tercer pilar sobre el que se edifica la medicina es la alquimia. Si el médico no es una persona dedicada y con experiencia, todo su arte será en vano. La naturaleza es tan sutil y precisa con lo suyo que sin un gran arte no puede ser útil, dado que no revela nada que en sí sea perfecto, sino que el ser humano tiene que perfeccionarlo. Ese perfeccionamiento se llama alquimia. Porque el panadero al hacer pan, el vinatero al hacer vino, el tejedor al hacer telas, es cada uno un alquimista. También quien de la naturaleza hace crecer algo para el uso humano y consigue que la misma naturaleza lo ordene es un alquimista. ¡Y es que el arte hace la diferencia! Así como tomar una piel de oveja en bruto y cubrirse con ella es para el peletero algo rústico y grosero, igual de rústico y grosero es cuando se obtiene algo de la naturaleza y no se lo prepara, y es incluso más que rústico y grosero, porque afecta a la salud y al cuerpo y a la vida. Por tanto, hay que buscar y cultivar el empeño. Pero ahora todos los oficios parten de la naturaleza y han explorado sus propiedades, de tal forma que saben imitar a la naturaleza en todas sus cosas y sacar lo más elevado que hay en ella. Pero solo en la medicina, donde es más necesario, no ha sucedido, y es el arte más grosero e inepto. ¡¿Puede haber una persona más rústica que aquella que come la carne cruda y se pone la piel sin curtir y habita en una cueva o simplemente se queda bajo la lluvia?! ¿Y puede haber un médico más rústico o puede prepararse una medicina con menos cuidado que cómo se cocina en las farmacias? No hay nada peor que la mugre y suciedad en esos lugares. Y así como el que viste de piel, también se cuida al farmacéutico. Y debido a que la base sobre la que se edifica el arte de la medicina radica en la preparación de la medicina, sepan que esta base debe provenir de la naturaleza y no de un don nadie que cocina en dondese prepara pimienta. Porque en eso radica lo más importante y final de esta preparación, a saber, si se comprenden la filosofía y la astronomía, es decir, las enfermedades y las medicinas y todos sus vínculos, entonces el último paso es el más necesario: cómo se ha de aplicar lo que se sabe. Porque la naturaleza te lo muestra en las cosas a través de las que debes trabajar para que puedas poner en práctica tu medicina. Así como el verano madura las peras y las uvas, así se debe llevar a cabo la medicina, y si se lleva a cabo de esta forma, acabará bien. Si se espera obtener una medicina tan perfecta como los frutos del verano, entonces hay que entender que el verano lo hace a través de los astra y no sin los mismos. La preparación de la medicina tiene que estar subordinada a las estrellas, porque son ellas las que perfeccionan el trabajo del médico. Por tanto, y porque son ellas, la naturaleza debe ser nombrada y entendida hacia adentro, graduada y organizada; así que no hay que decir: esto es frío, esto es caliente, esto es húmedo, esto es seco, sino más bien se debe decir: esto es Saturno, esto es Marte, esto es Venus. Entonces el médico está en el camino correcto. Y entonces sabrá cómo hacer para que el Marte astral y el Marte ascendente se subordinen el uno al otro y se conjuguen y comparen. Aquí es donde está la sustancia (el fruto) que desde el principio, aparte de mí, ningún médico ha probado. Así hay que entenderlo: que la medicina debe ser preparada en las estrellas y debe convertirse en estrellas, porque si las estrellas superiores enferman y matan, también sanan. Y si algo sucediera, no se puede hacer nada sin los astra. Si se va a trabajar con astras, debe hacerse de tal manera que la preparación se lleve a cabo a través del cielo de la misma manera que las profecías y otros actos suceden desde allí. Se sabe que los astra indican las profecías, lluvias, clima, muertes, enfermedades de los príncipes, indican batallas, pestes, hambre, etc. El cielo indica todo eso porque lo hace; lo que hace puede indicarlo. Estas cosas pasan a través de él; también las artes del conocimiento pasan a través él. Ahora bien, si pasan a través del cielo, también están gobernadas por el cielo y hacen según su voluntad para que suceda lo que está predicho e indicado. Si estas cosas fueron preparadas por el cielo según su voluntad, entonces el cielo también las guía. Así que aprendan a conocerestas cosas: si la medicina es del cielo, debe permanecer subordinada al cielo sin ninguna objeción, obedecerle y mantenerse firme en su voluntad. Si este es el caso, el médico debe conducirse paso a paso y con juicio, inteligencia y cualidades, más bien, debe reconocer la medicina según la estrella, es decir, que arriba y abajo son astra. Y como la medicina no sirve sin el cielo, debe ser guiada a través del cielo […]. Si ahora la ha separado, la medicina está en la voluntad de las estrellas y será conducida y guiada por el cielo. Lo que pertenece al cerebro llegará al cerebro a través de Luna; lo que pertenece al estómago y los intestinos llegará al estómago y los intestinos a través de Saturno; lo que pertenece al corazón llegará al corazón a través del Sol, y así a través de Venus a los riñones, a través de Júpiter al hígado, a través de Marte a los humores. Y eso no puede decirse únicamente de esto, sino también de todo lo demás, de lo inefable.
Buchwald
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