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Buchwald

Sigmund Freud: Correspondencia con Arthur Schnitzler

8.06.1922

Berggasse 19

Viena


Estimado doctor,


En su amable carta me promete un encuentro o una visita para charlar “mientras todavía haya tiempo”, como da a entender. Me alegra mucho, aunque prefiero que no sea una obligación para usted.


¿Puedo sugerir que venga a cenar con nosotros algún día de la próxima semana? Seríamos: mi esposa y mi hija, a quien ya conoce, además de mi persona y usted. No habrá nadie más. Como trabajo hasta las 8 p.m. y regularmente por la noche, me voy a tomar el atrevimiento de hacer sugerencias más específicas. El 12 (lunes), 13 (martes), 16 (viernes), si le viene bien esa semana y el tipo de reunión. Como me enteré de casualidad que se quedó en Viena, y yo viajo el 29 de este mes, me tomé el atrevimiento de escribirle antes de lo acordado.


Sinceramente suyo,


Freud



8.03.26

Berggasse 19

Viena


Estimado,


Nunca he estado tan cerca de usted. Vivo en el sanatorio de su calle donde me estoy sometiendo a una terapia cardiaca a pedido de los internistas, pero subjetivamente estoy bastante bien.


Como resultado de una omisión anterior, hoy puedo agradecerle en una carta por dos de sus regalos. El folleto que adjunto no tiene la intención de ser una venganza, es sólo mi última publicación –quizás en todos los sentidos–, por lo demás poco interesante y sin importancia para usted. Es un consuelo que no necesite ni leer ni comentar. Saludos cordiales,


Suyo, Freud



24.03.26

Berggasse 19

Viena


Estimado, lamento mucho que recientemente no me haya encontrado en casa. En esta montaña o caverna mágica, mi día está tan ingeniosamente dividido que solo tengo la noche para los placeres. ¿Puedo sugerir que hoy, entre 8-8:15, después de que termine la cena, me honre para un intercambio de ideas y un cigarro? ¿O tiene algún otro compromiso? Cordiales saludos, suyo, Freud



24.05.26

Berggasse 19

Viena


¡Estimado! No sé si ya está de vuelta. Caso contrario, estas líneas esperarán su regreso a casa y tómelas como agradecimiento por su saludo.


El evento salió mejor de lo que esperaba. Mucha cordialidad, sin polémicas, gracias, sobre todo, a la sincera abstinencia de los círculos oficiales (estos no incluyen a la Comuna Socialista de Viena). En todas partes, los judíos se han apropiado de mi persona con entusiasmo, como si yo fuera un gran rabino temeroso de Dios. No tengo nada en contra; después de haber dejado clara mi posición sobre la fe, el judaísmo todavía significa mucho para mí emocionalmente.


Mi septuagésimo cumpleaños lo asocié con un sentimiento de gran liberación. Finalmente uno tiene derecho a esa frase del Steinschlagerhannes: Es kann der nix g'schehen [Nada puede pasarte]. Igual, el número es solo una convención.


El 15 de junio nos vamos a Semmering. Verlo más a menudo no debería seguir siendo un privilegio de enfermo. De todo corazón, suyo, Freud


P.D. Se me han ocurrido algunas cosas sobre su Traumnovelle [Nouvelle-Sueño].



7. 05.28

Berggasse 19

Viena


Estimado colega, gracias por haberme enviado un paquete también esta vez. Pero ya no creo que haya otra “revancha”. No puedo más o estoy harto.

Muya agradecido, suyo, Freud


[Impreso]

Gracias por su amable simpatía [Anteilnahme] en mi Septuagésimo quinto cumpleaños.

Viena, mayo de 1931, Suyo, Freud


[a mano] Estimado, por si el próximo año no esté en condiciones de felicitarlo por cumplir un decenio más, permíteme desearle un feliz cumpleaños. Cordialmente, Fr.



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